lunes, 11 de agosto de 2014

La ruta de los diez mil



Descripción de la ruta

En este recorrido recrearemos la famosa ruta llevada a cabo en el año 401 a.C por el historiador Jenofonte. Se trata de una expedición en la que el sátrapa persa Ciro el Joven condujo un contingente de mercenarios griegos hacia el interior del imperio,  con el objetivo de luchar contra su hermano, el rey Artajerjes II. La importancia de esta ruta reside en el hecho de que inspiró a Jenofonte para la creación de la obra Anábasis, considerada un referente de la historiografía griega. Iniciaremos el recorrido en la ciudad de Ízmir, en la actual Turquía, desde donde nos desplazaremos hasta los restos arqueológicos de la antigua Sardes. Sardes, ciudad en la que Ciro el Joven reclutó a los mercenarios griegos, es hoy en día unos de los centros arqueológicos mejor conservados de la antigua Jonia. Recorreremos el camino monumental que en tiempos de Jenofonte estuvo flanqueado de tiendas, gimnasios y altares,  la mayoría de los cuales se conservan en buen estado bajo la estructura de los edificios helénicos. Posteriormente nos dirigiremos hacia el Paso de Belén, en el oriente de Turquía. Se trataba del paso de montaña obligado para todas las caravanas que desde Jonia se desplazaban a Mesopotamia. Luego de observar sus imponentes cumbres cruzaremos a lomo de caballo las formaciones rocosas en las que la población mantiene viva las tradiciones trashumantes del siglo V a.C, en dirección al desierto sirio. Atravesaremos el desierto hasta toparnos con las orillas del río Éufrates, en las inmediaciones de la ciudad siria de Deir ez-Zur, que en la antigüedad constituía un oasis en el que acampaban las caravanas que atravesaban el imperio persa. Desde Deir ez-Zur descenderemos por el curso del Éufrates para cruzar la frontera iraquí y llegar hasta llegar a la zona conocida actualmente como Tell Kuneise. Este sitio, densamente poblado en la actualidad, y a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, ha sido identificado con la antigua Cunaxa; allí sucedió la batalla entre Ciro el Joven y su hermano, y en la que el primero perdería la vida. A pesar de que no hay restos arqueológicos el lugar nos permitirá observar el entorno geográfico en que se desenvolvió el acontecimiento histórico, sobre todo en lo referente al marcado contraste entre las aldeas aledañas a los ríos y las comunidades  del desierto, muy cercanas entre sí. Luego de dejar Cunaxa daremos inicio a la ruta de regreso de los Diez Mil griegos, remontando el curso del río Tigris hasta entrar de nuevo en territorio turco. Pasaremos una noche en las inmediaciones del lago Van, uno de los puntos más inaccesibles de las caravanas persas, y de allí nos desplazaremos al norte hasta llegar a la ciudad de Trabzon. De esta manera habremos llegado a las orillas del mítico Ponto Euxino, conocido en la actualidad como Mar Negro. En Trapzon recorreremos el centro histórico, en donde aún pueden observarse los restos arqueológicos del ágora de la célebre ciudad de Trapezonda, punto final de la ruta de los Diez Mil. Trapezonda era una de las colonias griegas más distantes de la metrópolis, y sus restos son testigos del importante rol sociopolítico que jugó esta ciudad como punto de contacto entre el mundo helénico y las sociedades pastoriles escitas que poblaban el actual Cáucaso. Por último, en este punto final será el mejor escenario para hablar sobre la importancia del contacto entre las culturas helénicas y persas para la configuración de la historiografía clásica.

Mapa de la ruta

El mapa fue extraido de : http://es.wikipedia.org/wiki/Expedici%C3%B3n_de_los_Diez_Mil y se titula "Ruta de Jenofonte y los diez mil"


La ruta en imágenes



“Jenofonte nació en Erquia, cerca de Atenas ,la fecha de su nacimiento no se conoce con exactitud, probablemente entre 434 o 435 antes de J.c ; murió en Corintio en el 355...Cuando el príncipe persa Ciro el menor emprendió la expedición contra su hermano Artajerjes , Jenofonte participó como voluntario, aunque según parece solamente el jefe lacedemonio Clearco estaba enterado de los proyectos de Ciro, mientras que los demás jefes griegos creían en un principio que la expedición de Ciro iba dirigida contra los Pisidios ”[1]. Jenofonte es quien dirigiría la expedición de los diez mil luego de la muerte de Ciro en la batalla de Cunaxa, se dice que la atribución para dirigir a estos diez mil mercenarios se le dio gracias a la confianza que generaba, conduciéndolos hasta el mar negro.

 

[1]FRANGOS, Demetrios (traductor), JENOFONTE. La ciropedia de Jenofonte : Obras completas. México: UNAM. 1947. pp 3-4



Sardes fue fundada por Giges como capital de reino de Lidia.  Se dice que el reino de Lidia fue conocido por su comercio y las grandes riquezas de oro. El nombre de Sardes deriva de una piedra preciosa en latín que se llama sardius, su traducción es cornalina. Ciro el joven gobernó Lidia.Según el propio Jenofonte Ciro era "el hombre mas apto para reinar y el más digno para gobernar entre los persas que sucedieron a Ciro el viejo"[2]


[2] JENOFONTE, Anabasis. Traducción y edición de Carlos Varias. Madrid : Ediciones Cátedra, 2006. Pp 95.



El contexto de Jenofonte
Jenofonte es considerado uno de los historiadores más prolíficos del siglo IV a.C. Sus escritos se dividen en cuatro series: escritos históricos –entre los que encontramos Anábasis–, los didácticos, los políticos y por último los filosóficos[3]. Junto a Anábasis las obras Helénica, Ciropedia y Vida de Agesilao constituyen sus trabajos históricos. A pesar de que se le considera uno de los continuadores de Tucídides, su metodología y narrativa difieren bastante de éste. Jenofonte estaba menos interesado en el papel de la metodología en la historia, y así  mismo propendía por un estilo en el que la retórica tenía más relevancia que el rigor de la observación de los hechos. Tales aspectos han llevado a considerarlo como uno de los historiadores menores de la Grecia clásica. No obstante, el hecho de que su obra haya logrado preservarse casi en su totalidad ha permitido que se le considere una de las principales fuentes para acercarse al estudio de la historiografía antigua. Por otro lado, el impacto de Anábasis en el contexto cultural de Atenas y Jonia se hizo palpable en los gobernantes posteriores, incluyendo a Alejando Magno, quien identificó su campaña conquistadora con la ruta de los Diez Mil. La palabra griega Anábasis refiere a la marcha al interior de un país desde su costa. Sin embargo, la mayor parte de la obra está dedicada al proceso contrario: el regreso de los diez mil mercenarios desde Mesopotamia hasta la costa del Mar Negro. 


El hecho de que Jenofonte haya sido parte de la expedición no fue algo excepcional en el contexto de la historiografía griega. No obstante, sólo hasta el V a.C se consolidó el viaje a los territorios estudiados como parte integral del método histórico. Ello se llevó a cabo a través de la idea de autopsia[2], que se refería a la observación personal por parte del historiador como un elemento fundamental de su investigación. La autopsia implicó un conocimiento lento que se realizaba a pie o en crucero, que fueron las dos formas de viaje predominantes en la Antigüedad. Se trata de un relato visualizado de las experiencias del viajero como resultado de un minucioso proceso de descripción en el que se resaltaban los accidentes del terreno, los lugares de descanso o los monumentos. Dicho proceso era  tipificado con el nombre de écfrasis. En el caso de los historiadores que se desplazaron por tierra se desarrolló así mismo un sistema de clasificación que contrajo connotaciones específicas de percibir el espacio de forma visual. Por ejemplo, las unidades de medida –los estadios y las parasangas- estaban basadas en la distancia en la que se recorría a pie una jornada.  Como consecuencia, la estandarización de dichas unidades permitió a Jenofonte describir de forma efectiva las distancias de los diferentes puntos de la ruta realizada.
Una de las grandes discusiones en torno a la ruta de los Diez Mil reside en la verificabilidad de los hechos señalados. A pesar de que Lidia, la satrapía de Ciro el Joven, fuese uno de los territorios más ricos del imperio persa parece poco probable que el aspirante al trono haya podido aunar tal cantidad de hombres y desplazarlos a través de tan vasto territorio, sobre todo debido a los gastos de manutención de la soldada. Por otro lado, la verificabilidad de muchos de los lugares señalados aún no ha sido comprobada, incluyendo el sitio exacto en donde se llevó a cabo la Batalla de Cunaxa. En todo caso, la obra de Jenofonte permite visualizar el grado de contacto entre las ciudades griegas de la costa jonia y las variadas comunidades asiáticas que se generó en el contexto de la dominación persa. La centralización del poder político en Persia facilitó el desarrollo de intensas redes comerciales, reflejo de rutas que resultaron fundamentales para que los historiadores griegos tuvieran facilidades para desplazarse a lugares alejados bajo el auspicio de los sátrapas. Este fenómeno, por lo tanto, resultó fundamental para el éxito de la autopsia como método histórico.





[3] FRANGOS, Demetrios (traductor), JENOFONTE. La ciropedia de Jenofonte : Obras completas. México: UNAM. 1947. pp 3-4
[4] SANCHEZ, Maximo. Estudios sobre el viaje en la literatura de la Grecia Antigua. Sevilla: Universidad de Sevilla. 117-118


Bibliografia

  • FRANGOS, Demetrios (traductor), JENOFONTE. La ciropedia de Jenofonte : Obras completas. México: UNAM. 1947. pp 3-4
  •  JENOFONTE, Anabasis. Traducción y edición de Carlos Varias. Madrid : Ediciones Cátedra, 2006. Pp 95.
  • SANCHEZ, Maximo. Estudios sobre el viaje en la literatura de la Grecia Antigua. Sevilla: Universidad de Sevilla. 117-118





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